lunes, 2 de febrero de 2009

¡Despedido!

Miguel no se lo puede creer: su madre acaba de darle una carta de despido. Por desordenado, por travieso, por desobediente y mal estudiante, tiene que abandonar la casa en treinta días...

Esta es una propuesta de lectura que hacemos también a los padres.
¿Puede una madre despedir a su hijo si de forma reiterada y sin propósito de enmienda inclumple una y cien veces sus pequeñas y grandes obligaciones, desobedece, se hace el sordo, es irrespetuoso y miente cuando afirma que va a cambiar?

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